Por Sabrina Lugo.
Sobre Ojo Volador. Obra de danza contemporánea de Renata Lozupone.
“Me interesa
el cuerpo que se vuelve hablante, pensante, soñante. El cuerpo que todo el tiempo siente algo.
Siente las pieles y las piedras, los metales, las hierbas, las aguas, las
llamas. No para de sentir”
(Jean Luc Nancy).
Espacio
íntimo y pequeño, están ahí.
Si estiraran
demasiado un brazo, un pie o respiraran con mayor intensidad se podría sentir el
roce de la brisa en la mejilla, en un hombro o en la frente de quien las
observe.
Un escondite
en medio de la civilización donde, distraídamente, se podría llegar, correr un
telón y descubrir que, casi entre penumbras, hay dos mujeres en estado de
movimiento.
Un pasar
cotidiano, tal vez. Una permanencia.
Despojadas,
despreocupadas e informales transitan por allí en búsqueda de una cierta
identidad que emprenden mirándose a sí mismas y entre ellas a su vez.
Hay algo que
las desmaya, las conmueve. Las preocupa y ocupa, las sostiene y detiene. Las
une y desune, las arma y desarma. Se encuentran y se pierden, contemplan y
golpean; queriendo quizás pisar firme sobre una superficie fría, despojada e
intangible.
Y ante las
inquietudes Renata* responde: (…) Una búsqueda centrada sobre ciertas
condiciones de la existencia que nada tuvieran que ver con lo que entendemos
por “civilización” y “cultura”.
En donde los
seres se obsesionan por estados intangibles mientras sufren distintas fallas y
descargas sucesivas que atribuyen a ciertos dispositivos de control que se
mantienen ajenos, peligrosos y extraños, no consiguiendo ser incorporados (…)
Caer y volar,
espejarse, separarse, comprender y asombrarse entre penumbras y sonidos
frágiles, amenazadores y polvorientos. O encontrarse envueltas en melodías de
guitarras y voces algo melancólicas, en donde se descubren controladas por su
propio cuerpo.
Y, a veces,
desordenadas, despreocupadas y complacidas en él.
(…) Entender
las diferentes secuencias que fuimos desarrollando como “hojas en blanco” sobre
las que luego, puestas en situación “se irían dibujando” nuestras diferentes
sensaciones, acciones e impulsos propios según el momento que estábamos
atravesando en cada parte.
Esta resultó
una forma de trabajar con el movimiento entendido como acción (…)
Una
experiencia de alucinaciones entre lo que se controla y se desliza sin
comprender exactamente cómo y por qué.
(…) Mi
interés está centrado en una interpretación que atienda tanto a distintos
aspectos del movimiento y también a éste entendido como acción, gesto o impulso que la modifique en
tiempo real.
La danza hace
posible un nivel de abstracción que no encuentro en otro lenguaje propio de lo
que entendemos por “escena” u “obras de interpretación”; y cuando aparece
atravesada por la sensibilidad del intérprete produce fenómenos que me resultan
maravillosos.
Siempre
quiero volver a ellos (...)
Hacia dónde
van los pies de una bailarina. Qué son y qué deciden.
Qué viven los
pies de una mujer, con qué gustan o permiten vestirse. ¿Desean vestirse?¿Desean ser
pies? ¿O prefieren convertirse en los ojos del cuerpo y volar?
Espacio
íntimo y entre penumbras.
Miradas que
rozan las pestañas expectantes ¿Qué ven?
Los zapatitos aprietan, simples
elementos en donde prepondera la puesta del cuerpo, la piel del movimiento que
da calor.
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* Renata Lozupone: Directora e
intérprete de la obra.
Artículo escrito
por Sabrina Lugo para la revista Multicorriente, segunda edición. Abril 2008.
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