miércoles, 17 de julio de 2013

Ojo Volador


Por Sabrina Lugo.
Sobre Ojo Volador. Obra de danza contemporánea de Renata Lozupone.

“Me interesa el cuerpo que se vuelve hablante, pensante, soñante.  El cuerpo que todo el tiempo siente algo. Siente las pieles y las piedras, los metales, las hierbas, las aguas, las llamas. No para de sentir” 
(Jean Luc Nancy).

Espacio íntimo y pequeño, están ahí.
Si estiraran demasiado un brazo, un pie o respiraran con mayor intensidad se podría sentir el roce de la brisa en la mejilla, en un hombro o en la frente de quien las observe.
Un escondite en medio de la civilización donde, distraídamente, se podría llegar, correr un telón y descubrir que, casi entre penumbras, hay dos mujeres en estado de movimiento.
Un pasar cotidiano, tal vez. Una permanencia.

Despojadas, despreocupadas e informales transitan por allí en búsqueda de una cierta identidad que emprenden mirándose a sí mismas y entre ellas a su vez.
Hay algo que las desmaya, las conmueve. Las preocupa y ocupa, las sostiene y detiene. Las une y desune, las arma y desarma. Se encuentran y se pierden, contemplan y golpean; queriendo quizás pisar firme sobre una superficie fría, despojada e intangible.

Y ante las inquietudes Renata* responde: (…) Una búsqueda centrada sobre ciertas condiciones de la existencia que nada tuvieran que ver con lo que entendemos por “civilización” y “cultura”.
En donde los seres se obsesionan por estados intangibles mientras sufren distintas fallas y descargas sucesivas que atribuyen a ciertos dispositivos de control que se mantienen ajenos, peligrosos y extraños, no consiguiendo ser incorporados (…)




Caer y volar, espejarse, separarse, comprender y asombrarse entre penumbras y sonidos frágiles, amenazadores y polvorientos. O encontrarse envueltas en melodías de guitarras y voces algo melancólicas, en donde se descubren controladas por su propio cuerpo.
Y, a veces, desordenadas, despreocupadas y complacidas en él.

(…) Entender las diferentes secuencias que fuimos desarrollando como “hojas en blanco” sobre las que luego, puestas en situación “se irían dibujando” nuestras diferentes sensaciones, acciones e impulsos propios según el momento que estábamos atravesando en cada parte.
Esta resultó una forma de trabajar con el movimiento entendido como acción (…)

Una experiencia de alucinaciones entre lo que se controla y se desliza sin comprender exactamente cómo y por qué.

(…) Mi interés está centrado en una interpretación que atienda tanto a distintos aspectos del movimiento y también a éste entendido como  acción, gesto o impulso que la modifique en tiempo real.
La danza hace posible un nivel de abstracción que no encuentro en otro lenguaje propio de lo que entendemos por “escena” u “obras de interpretación”; y cuando aparece atravesada por la sensibilidad del intérprete produce fenómenos que me resultan maravillosos.
Siempre quiero volver a ellos (...)

Hacia dónde van los pies de una bailarina. Qué son y qué deciden.
Qué viven los pies de una mujer, con qué gustan o permiten vestirse. ¿Desean vestirse?¿Desean ser pies? ¿O prefieren convertirse en los ojos del cuerpo y volar?
Espacio íntimo y entre penumbras.
Miradas que rozan las pestañas expectantes ¿Qué ven?
Los zapatitos aprietan, simples elementos en donde prepondera la puesta del cuerpo, la piel del movimiento que da calor.
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* Renata Lozupone: Directora e intérprete  de la obra.
Artículo escrito por Sabrina Lugo para la revista Multicorriente, segunda edición. Abril 2008.


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